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NÓMADA
Año 2, Número 12, Buenos Aires, agosto de 2008

Contiene tre poesie dalla raccolta
Il male inconsapevole

(l'articolo in formato PDF)


Alessio Brandolini
UNA LÚCIDA SENSIBILIDAD ROMANA

Rafael Courtoisie

La obra poética de Alessio Brandolini es una de las más nítidas del actual panorama de la poesía italiana. Una poesía que elude el lugar común sin perder su formidable potencia comunicativa. Es clara y directa, al tiempo que profunda. En su proyecto expresivo, la lucidez y la sensibilidad son elementos en perfecto equilibrio. Mientras destacados autores italianos como Milo De Angelis trabajan un exteriorismo decantado o, en otra zona, poetas como Valerio Magrelli procuran una formulación casi filosófica que sigue la vía de la esencialidad y el despojamiento, a veces casi el “silenciamiento” al estilo Celan, la poesía de Brandolini se sitúa en una contemplación acativa de los seres, del referente externo que le sirve de herramienta para profundizar en la reflexión y diseñar una trama de imágenes indiscernibles de pensamiento que formulan.

Alessio Brandolini nació en Frascati (Roma) en 1958. Transcurrió sus primeros veinte años en una pequeña casa en la cima de Monte Compatri, en lo alrededores de Roma, en lo que se llama los “Castelli romani”, junto a sus padres y sus cinco hermanos. Más tarde se trasladó a la capital italiana, donde vive en la actualidad.

Graduado en Letras Modernas, se inició como poeta en 1989 en la revista Galleria. En 1991 ganó en la sección de inéditos del “Premio Montale” con el poemario L’alba a piazza Navona (El alba en Plaza Navona), publicado en 1992 por Scheiwiller (7 poeti del Premio Montale, Milano). En 2002 publicó la colección de poemas Divisori orientali (Divisorias orientales) (Manni, Lecce, “Premio Alfonso Gatto – Opera prima”); en 2004 Poesie della terra (LietoColle, Falloppio-Como) con prólogo de Mario Santagostini, luego también en versión española, Poemas de la tierra (2004, LietoColle, Faloppio-Como, edición de Martha Canfield); en 2005 Il male inconsapevole (El mal inconsciente) (Il Ramo d’Oro, Trieste, finalista del “Premio Sandro Penna”). Mappe colombiane (Mapas colombianos) fue publicado en Italia en 2007, con un prólogo de Armando Romero (LietoColle, Faloppio-Como). El próximo libro de poesía, Tevere in fiamme (Tiber en llamas) saldrá en noviembre de este año.

Algunos de sus textos poéticos han sido musicalizados por el Deli Trío y traducidos al francés, español, esloveno, inglés, albanés y portugués, y publicados en revistas y antologías italianas y extranjeras. Ha traducido del español, con Martha Canfield, Los viajes de Penélope, de Juana Rosa Pita (I viaggi di Penelope, Campanotto, Udine, 2007), y compilado junto a Martha Canfield e Ivano Malcotti la antología de poesía internacional Poesia e Natura. Nuova coscienza ecologica (Le Lettere, Firenze, 2007). Colabora con la revista mensual L’Indice dei libri; es redactor de la revista Almanacco del Ramo d’Oro (cuadrimestral de poesía y cultura). Ha ideato y dirige Fili d’aquilone, revista web de “imágenes, ideas y Poesía”.


RAFAEL COURTOISIE (1958)
Poeta y narador uruguayo.
De su extensa obra poética sobresalen: Cambio de estado, Textura, Umbría, Música para sordos. Obtuvo entre otros premios el “Plural” de México y el Premio Internacional Fundación Loewe-Visor en España.


Noviembre de los vivos

Ajusticiado y sin embargo camina a paso
de danza: llega de un mundo recluso
en la boca tiene cortezas de pan mohoso
en la mochila una caja de leche
negra aún antes de ser bebida.

El viento caluroso de agosto agrietaba
los labios enrojecidos.
Era feliz aquel día por eso
envió un saludo a los amigos, también a aquellos
lejanos o que no había conocido jamás

Hojas amarillas de las manos de fuego
no el calor que llega
de abajo, de la guerra
da los lagos de petróleo
del grito sin rostro del dolor.

Decapitado pero camina, está vivo
y avanza directo hacia la meta
después de años en que todo estaba torcido
turbado por los objetivos, puesto en cruz
la cara contra el muro del pecado.


Casi una laguna

    Aquí no volveré más.
    Lo encuentro grabado
    en la piedra afilada
    que gira lenta allá abajo
    por la calle inundada.
Son pies y manos que reclaman la voluntad
de existir y no quedar inmóviles sobre el puente
entre personas distantes que no se conocen
que divisan barcos clavados en el horizonte.
    Ni pasión ni lucha
    se actúa, se espera
    enemigos casi inocentes
    el cielo hoy es una fiesta
    alegrada por pájaros
    el agua gira alrededor
    por esto los músculos
    de las estrellas y la luna
    se ahogan de luz
    desenfocada y desprovista.
Sin embargo: te amo, piensa, y quisiera
no ser odiado si no lo dice.


El almuerzo festivo

juro que hoy termino de mentirme en el cuerpo. eso, ves, me desvisto y voy a la cama antes de lo previsto y no me levantaré a la mañana para confundir mi canto con el de los cuervos o con el cemento negro de la periferia romana. tarde o temprano cierro el cuaderno. sí, aquello que por su cuenta escribe las historias y los versos sobre mi lengua. hiere la mórbida carne del corazón. el mal lacera las vísceras se inventa frases y palabras a las cuales después, por décadas, queda aferrado. inconcientemente ahí iremos nosotros mismos y de las grietas de la noche no saldrá aire, ni luz. nos comerá el pan sujeto entre los dedos, nos beberá el silencio escondido en los ojos. ahí estaremos fuera de la protección que sustenta la falsa armonía de los hombres-hermanos. por eso nos quedamos aquí, y lentos caminamos descalzos sobre la tierra y hablamos como nunca lo habíamos hecho. pronto dejaremos de acariciarnos y sonreír a la hierba de vidrio que tajea la piel de las piernas o de los brazos.

La urgencia
             de acciones perfectas
                          deja, por lejos
                                       distantes, estupefactos.
Quizás por años
             con el aliento suspendido
                          o colgado de las paredes
Estando solos
             se puede, imaginar
                          permanecer, resistir
                                       ser varios, o muchos.

Está el pobre
             y no lo ves
                          el santo
                                       y lo pisoteas.

En las comidas festivas
             la noche traga
                          la luz de los astros
                                       torpes, lastimeros.


(Los poemas de Brandolini, traducidos por Courtoisie, partenecen al libro El mal inconsciente)



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